martes, 30 de octubre de 2012

Leyendo majaradas...

Hace una semana que me leí Haciendo majaradas de Mario Vaquerizo. La verdad que no tenía pensado leerlo (pues no suelen tener este tipo de libros en la biblioteca de mi pueblo), pero un día, mirando la estantería de novedades, lo vi. Ese día ya iba cargada con unos cuantos, así que lo dejé correr, pero a la siguiente vez que me tocaba volver a la biblioteca... ahí estaba, mirándome fijamente y diciéndome: "Cógeme" y una, que es muy obediente, lo hizo.

Adoro a Mario Vaquerizo. Creo que es una persona que no admite término medio: o se le quiere o se le odia. Me río mucho cuando hace aparición en la televisión (en El Hormiguero, vamos), pero también me parece interesante y un tío de lo más inteligente. 

Cogí el libro sin esperar nada, porque no sabía lo que iba a encontrarme y no quería prejuicios. No pensé que me encontraría con ese hombre que hace que me parta de risa y... ¡¡¡acerté!!! Al menos a mí no me parece que sea un libro cómico o de humor, es un libro en el que se presenta un Mario Vaquerizo que, a simple vista, no se ve.

Hace un repaso por su vida, por su familia, por su carrera, por la gente que lo ha marcado y podemos ver cómo todo el mundillo de la movida se entremezcla con su vida (no olvidemos que es manager y, además, marido de Alaska).

Habla de temas polémicos en su vida como es la defensa de la delgadez extrema y lo hace de tal manera que te hace estar de acuerdo con él. Porque lo enfoca de modo que te hace ver que si estar delgado es lo que te gusta (siempre siguiendo una dieta sana y controlándose) ¿por qué no estarlo? ¿A quién molestas pensando y estando así si tú eres feliz?

También habla de la polémica sobre si es o no homosexual o bisexual y lo aclara contando que Alaska le dijo un día que se imaginara ese hombre que sería perfecto para él (porque él admite que es bisexual teórico y estético... vamos, que reconoce cuándo un chico es guapo y cuál es su ideal de chico 10) y se imaginara estando en la cama y manteniendo relaciones sexuales con él y ahí se dio cuenta que no. 

Habla de figuras como Fabio McNamara o Andy Warhol. Defiende la frivolidad como una forma de ser, una filosofía, de pensar que mejor decir que algo le gusta o no le gusta, frente a pensar que algo es bueno o malo (según lo establezca la sociedad).

Y no sólo habla de temas ligeros o superficiales (aunque creo que en nada de lo que habla hay superficialidad), también habla de la muerte de su hermano como algo que le ha marcado la vida, de la influencia de las mujeres en su vida y de cómo ha llegado donde está porque se lo ha trabajado poco a poco y sin dejar que nadie le arrebatara su sueño.

¿La verdad? Me ha hecho descubrir al Mario Vaquerizo que hay debajo de esa apariencia de loca, aunque esa apariencia de loca forme parte de su yo más genuino, y descubrir que tenemos muchas cosas en común y es que, tanto él como yo, defendemos nuestra propia filosofía y nuestra máxima es no hacer a los demás lo que no nos gustaría que nos hicieran... y con eso a ser (o intentar) ser feliz.

Así que si cae en vuestras manos podéis leerlo. No es un gran libro, no es una gran obra (creo que eso lo sabemos todos sin leerlo y que para leer una gran obra pues nos cogemos El Quijote), pero tampoco creo que sea para tacharlo de "majarada" ;) Eso sí, para gustos... los colores, ya lo deja claro Mario Vaquerizo en el libro =p

Por cierto, que la portada me parece una pasada... =)


martes, 16 de octubre de 2012

Lo relativo del amor...

Merezco que me digáis todo lo que queráis (sin pasarse mucho, eh? ¬¬') porque tengo el blog más que abandonado. Los días pasan y a mí no me pasa nada, es lo que tiene tener una vida tan divertida. Está claro que si fuera exploradora o rica, para viajar por todo el mundo, tendría un montón de cosas que contar, pero no, ni soy una cosa, ni la otra, soy una chica de lo más normal (e insulsa, diría yo) que está en paro y a la que no le pasa absolutamente nada... o me pasan cosas que tampoco son dignas de una entrada diaria.

Pero sí que llevo una semana y pico en la que me estoy dedicando a estar con una persona que me necesita y a la que no querría fallar por nada del mundo. Una persona que ha acudido a mí en busca de ayuda o en busca de palabras que la reconforten de alguna manera y yo encantada de brindarle una mano amiga cuando lo necesite... y cuando no lo necesite también. Esa persona es S. Ya he hablado alguna vez de ella. Esa persona con la que tengo una relación "extraña" pero a la que nunca he puesto un pero, de la que nunca he dudado (más bien ha dudado el mundo externo a nosotras). Aún estando lejos la una de la otra (físicamente) la siento a veces aquí sentada a mi verita y eso no lo paga nada ni nadie =)

Estar ahí para ella me ha hecho pensar (un poco más, que a mí eso de pensar no me gusta... qué va... xD) lo relativo que es esto del amor. Y no sólo el amor en cuestión de pareja sino en cuestión de amistad. Y no hablo de que me quieran o me tengan cariño a mí, sino que yo quiera o tenga cariño a los demás.

Con todo lo que me ha pasado este año, me he dado cuenta que tengo gente a la que no he buscado para aliviar mi dolor, o para contarle cómo estaba o, simplemente, llorar y "llorar" con ellas. Unas veces he llorado metafóricamente, pero otras he llorado literalmente.

Y no hace falta que lleven en mi vida tres o cuatro años, para nada, es más, me he dado cuenta que últimamente personas que llevan un año o casi dos en mi vida son esas personas a las que puedo decir que las quiero... no, mentira... las QUIERO. Luego hay personas que llevan tres-cuatro años y a las que me une... no sé ni siquiera si es cariño, quizás rutina, pero nunca he llegado a quererlas, ni un poquito. Lo peor de todo es que se me nota. Y no es que tenga un problema personal con nadie, simplemente nunca llegaron a llenarme y no soy persona de fingir afecto ni cariño.

Así que en los últimos días pienso en lo relativo que es el amor. Que de nada sirve llevar 4, 5, 6 años en la vida de nadie si no te llenan y que al final forzar una relación sólo trae malos ratos. No me gusta aparentar que quiero a alguien cuando no es así. Y, sin embargo, me encanta estar ahí para esas personas que me necesitan y a las que quiero y, sobre todo, me gusta demostrarles y decirles... "Te quiero". Se me nota a la legua cuando es así porque mi cara me delata, mis ojos brillan y mis palabras o hechos están llenos de amor del poco relativo, de amor del bueno =)